La batalla de los elementos
El escenario meteorológico puede ser, al mismo tiempo, el mejor aliado y el peor enemigo del Solar Impulse Project
El Solar Impulse Project ha destinado prácticamente el mismo tiempo al estudio, diseño y desarrollo del primer avión solar, como al entendimiento de los factores meteorológicos con los que debe interactuar en vuelo, para poder aprovechar lo mejor de las condiciones climáticas favorables y lidiar con las adversas.
Al ser una aeronave de gran envergadura y bajísimo peso, el Solar Impulse 2 es absolutamente vulnerable a las tormentas y ráfagas de viento fuerte. No son pocas las batallas perdidas contra los elementos naturales, circunstancias que han obligado a la cancelación de vuelos y aterrizajes de emergencia. En este contexto, una tormenta eléctrica podría significar un escenario de catástrofe para la misión y sus tripulantes. Por eso, el equipo humano en tierra, y el tecnológico a bordo del avión, son indispensables para ofrecer una lectura en tiempo real de los fenómenos meteorológicos; anticiparse es de vital importancia.
Durante la etapa de análisis, las pruebas realizadas virtualmente, a través de modelos computacionales y simulaciones de alta complejidad, brindaron herramientas para el diseño de planes de vuelo y contingencia en todas las condiciones meteorológicas posibles. Así fue posible confeccionar las mejores alternativas para cada escenario, con estrategias contingentes que permitan a los pilotos sobrellevar cualquier mala sorpresa en el aire, y aprovechar al máximo las condiciones favorables, como vientos a favor y corrientes de aire ascendentes.
El equipo del Solar Impulse Project no tiene dudas: el futuro de la aviación mundial es absolutamente solar y el Solar Impulse 2 marca el comienzo de un nuevo ciclo. Confían en que, de aquí a unos veinte años, los nuevos aviones impulsados por el sol estarán volando en los cielos del mundo.
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