El último sacrificio
La misión sobrevuela la recta final, el riesgo de vida es aún permanente, pero es un precio que vale la pena pagar.
Tripulación, equipo de control en tierra, técnicos y autoridades aeroportuarias: todo el mundo se mantiene inmerso en una tensa calma, a la espera de las mejoras climáticas que permitan el despegue final hacia la épica travesía transoceánica.
Tras la obligada postergación del vuelo, desde Nankín a Hawái, demorado por más de dos semanas, la recta final ya es visible; son 5 días y sus noches, a pura adrenalina, con la extrema necesidad de no dormir. La vida de los pilotos depende –literalmente– de que logren permanecer despiertos, sin ayuda de café, o tipo alguno de bebidas energéticas.
Si las condiciones meteorológicas lo permiten, el Solar Impulse despegará finalmente hacia su séptima misión, volando desde Nankín (Aeropuerto Internacional de Nankín-Lukou, NKG/ZSNJ), en la República Popular de China, hasta Hawái (Aeropuerto Kalaeloa, JRF/PHJR), en los Estados Unidos de América. Los pilotos volarán sin ningún tipo de combustible, exclusivamente con energía proveniente del Sol, a lo largo de 8.172 kilómetros, durante un tiempo estimado de 120 horas.
El vuelo a través del Océano Pacífico representa una verdadera hazaña de templanza y resistencia, tanto para los pilotos, como para el equipo de apoyo en tierra, que monitoreará constantemente la ruta y sus condiciones climáticas para introducir los cambios necesarios, justo a tiempo, durante el vuelo.
Video:
Si quieres conocer más sobre esta apasionante travesía, ingresa a flightforthefuture.com